La moda con la intención de mostrar en una sola sentada la “añada” del artista, sus logros técnicos y combinatorios o sus dotes para el cromatismo y la composición. Me recuerdan a las grandes mariscadas de mi juventud. Los jugos gástricos se revolucionan sabiendo lo que se avecina; se inicia el festín con frenesí visual observando los crustáceos, los moluscos que nos vamos a zampar; uno se recrea con la primera pieza, con la segunda, con la tercera… ¡ningún manjar oceánico se puede escapar! Así hasta que llega a medio envite, el hartazgo, cuando no el temor a una indigestión. Es lo mismo que me ocurre hoy en día con algunos menús de doce y quince platos que la moda de “almax” tomar se imponen.
Algunos empiezan a combinar estos largos menús con un vino para cada plato. Eso no hay paladar ni cuerpo que lo aguante. Con independencia de que lo comestible tenga su equilibrio. Un gran plato no necesita de un gran vino y un gran vino no necesita de un gran plato. Que cada uno tenga su gloria por separado. Es una reflexión.
Creo que éste va a ser el año de la cordura, no sólo en las cocinas de los restaurantes, sino también en todos los sectores. Incluso en nuestras casas.
Después del festín navideño, ya olvidado, desearos un prospero año lleno de cordura bien cimentada, de nuevos propósitos y de mucho trabajo, ya que de momento no nos queda otra, ni se me ocurren mas soluciones. Pero no te olvides de ti, de tu persona, de tu tiempo de ocio individual que seguro encontrarás, tan imprescindible para encontrar el equilibrio para conseguir todos los éxitos que te propongas.
El mejor de mis abrazos para este año.
Paco Aviñó.
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