Hace quinientos mil años el uso regular del fuego en el universo doméstico modificó profundamente la alimentación.
Tras un incendio, a los humanos les gustaba comer la carne cocida, también les sucedía a otros carnívoros. Solo el hombre pudo hacer de ello una práctica regular y poner las primeras piedras que llevan de la alimentación a la cocción y de ahí, a la cocina.
Esto sucedía hace quinientos mil años de forma ocasional, para después domesticar realmente el fuego e integrarlo de manera permanente en el universo domestico.
Esto favoreció la convivencia, la comida en común y un nivel de organización del grupo. El paleolítico superior (35.000 años a. C.) es la expansión del hombre sobre el planeta en el cual se explotan unas especies de animales escogidas, cazadas en masa en grandes batidas, serán el bisonte, renos, caballos o incluso el mamut por ejemplo. Todos los individuos colaboran , incluso mujeres y niños, varias familias se reúnen y se preparan para colocar las trampas donde la manada será capturada y matada, con todas las armas y utensilios dispuestos para manipular rápidamente las presas, cortar la carne, preparar las pieles, y separar lo que hay que guardar durante meses.
Para ello consensuaban reuniones periódicas varias familias que vivían separadas, cruzando la información y trazando los planes para cuando llegaran las manadas migratorias sorprenderlas con toda una estrategia de grupo que les alimentaria durante meses.
Esto implicaba la conservación a largo plazo de toda la carne cazada, el clima frio y seco del paleolítico lo favorecía, la conservación se realizaba por secado, ahumado o congelación en fosos cavados en el suelo, (el subsuelo en el clima periglaciar estaba permanentemente helado) estos fosos se descubrieron en Europa central y oriental. Así se descubrieron piezas enteras de caza guardadas , al igual que en antiguos lagos helados por el invierno.
Las carnes y los alimentos almacenados se consumían secos o rehidratados mediante hervido en recipientes de madera, de corteza, de piel en los que echaban piedras calentadas. También las grandes piezas se asaban en espetones, (insertadas en un palo, dándole vueltas sobre la hoguera) los trozos más pequeños podían asarse directamente sobre las piedras que recubrían gran número de hogueras en ese período.
Entre la pesca del salmón, la captura de aves, las grandes cacerías especializadas, el paleolítico superior marca los modos de vida basados en la caza y la recolección. Después llegó la fundición de los glaciares poco a poco y mas marcadamente después del 8000 a. de C., volviendo a las latitudes medias de Europa un clima templado y húmedo. Todo cambia progresivamente, también las costumbre y la alimentación como veremos en otro capítulo.
Saludos. Paco Aviñó.
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