La dictadura de la felicidad

La dictadura de la felicidad está colapsando las consultas psicológicas. ¿Y si asumimos que todos somos bichos raros? Una nueva tendencia editorial lo reivindica.

Puede que sea porque la crisis económica ha supuesto también una crisis del bienestar. Quizás es que nuestra sociedad de consumo siente un especial vacío existencial que ya no sabe cómo rellenar. O, tal vez, simplemente todo lo que antes parecía algo casi natural, como tener compañeros de trabajo, familiares o parejas de larga duración, hoy sea una forma de presión social. El caso es que vivimos un boom de libros de autoayuda. Tanto, que nos estamos obsesionando con la idea de ser perfectos, en todos los ámbitos de la vida.
¿Y si es en vez de leer un cúmulo de exigencias de lo que deberíamos ser, aprendemos a cometer errores? Porque, seamos sinceros, nadie es perfecto, y si lo fuera, sería aburrido. Esa es la idea con la que surgen un nuevo tipo de libros: los manuales antiayuda.

No podemos ser siempre positivos
Esta moda, como casi todas, comienza al otro lado del Atlántico, con libros como El sutil arte de no dar una mierda: Un enfoque contra-intuitivo para vivir una buena vida, de Mark Manson, que explica cómo disfrutar de la vida, sin olvidar que no siempre es bonita, y por eso no podemos ser positivos todo el tiempo. Con un enfoque parecido, el de no darlo todo por los demás, Sarah Knight escribía Cómo dejar de gastar tiempo que no tienes, en hacer cosas que no quieres hacer, con personas que no te gustan, explicando que si de verdad queremos ser felices, quizás debamos liberarnos de todas esas obligaciones autoimpuestas. Ambos lideraron la lista de los más vendidos en Estados Unidos. Un fenómeno similar, en este caso europeo, es el libro del profesor de psicología en Dinamarca, Svend Brinkmann, que se convirtió en una estrella mediática gracias a su Mantente firme: resistiendo la manía del auto-mejoramiento, que anima a rechazar el mantra de la autoayuda. El autor afirma: «Nuestra era secular está plagada de incertidumbre existencial fundamental y angustia, y esto hace que sea difícil mantenerse firme”, adelantando que, ante esa situación, es importante aprender que “el secreto de una vida más feliz no radica en encontrar tu yo interior, sino en llegar a un acuerdo contigo mismo, para coexistir pacíficamente con los demás”.

Una estantería a la altura
En los últimos meses, los libros antiayuda también han inspirado a autores españoles. Uno de los ejemplos que podemos encontrar en Amazon es El libro definitivo de antiayuda y desmotivación, de Eva García Fornet, que comienza explicando que seguramente “usted se ha dejado el dinero en distintos cursos de autoayuda, donde le intentaban enseñar a relajarse, a ser positivo, a visualizar el éxito o a ligar, y ha visto que nada de eso ha funcionado. Esta es la guía para que encuentre soluciones realistas, aplicadas al mundo en el que vive”. Así, su índice versa sobre cuestiones como “no eres famoso, no eres un triunfador, eres totalmente prescindible en tu trabajo, estás soltero, no eres hípster o no vives en Suecia ni en Noruega”. En la misma línea, Manual de autodepresión: Guía práctica para arruinarse la vida, de Julio César Toledo, surge porque, según el autor “la abundancia de libros de autoayuda, superación personal, desarrollo humano, o como usted quiera llamarle, debería considerarse un índice alarmante de la vida moderna. Cada vez más personas buscan quién les muestre el camino correcto y los saque del agujero en el que creen encontrarse”. Es por ello que su guía pretende que el lector sea capaz de “tranquilizarse y soportar sus páginas llenas de realidades, las mismas que se ha pasado toda la vida evadiendo”.

Otro de los títulos que podemos encontrar en esta línea es Cómo criar hijos tiranos: Manual de antiayuda para padres de niños y adolescentes, de los terapeutas familiares Margarita Herrero y Mark Beyebach. Sobre el mismo, Beyebach explica que la perspectiva de escribir un libro antiayuda se basa en “que todos los consejos son paradójicos”. Es decir, que las verdaderas recomendaciones quedan implícitas y que identificarlas, depende de la pericia de los lectores. La idea por tanto no es marcar lo que se debe hacer, sino hacer hincapié en todo lo que solemos hacer mal por inercia. Para explicarlo, Beyebach pone como ejemplo la metáfora del mapa náutico, “que te indica dónde hay rocas y arrecifes, qué zonas debes evitar en la navegación, pero no te impone un único rumbo. En otras palabras, hay muchas formas diferentes de acertar en la educación de los hijos, mientras que las formas de naufragar son más limitadas. Por eso decimos que este manual es una carta náutica sobre cómo (no) criar hijos tiranos, porque al cuestionar las conductas contraproducentes, esos errores habituales, estamos simplemente invitando a hacer algo distinto, sin pretender imponer una única forma de actuar”. Una idea que parece que empieza a impactar positivamente en los lectores, que hartos de recibir órdenes, comentan que este tipo de lecturas “les resultan divertidas, a pesar de ser provocadoras y dar algunos aguijonazos”, reflexiona Beyebach.

Menos consejos y más compañía
A modo de conclusión, el psicólogo Miguel Ángel Rizaldos aclara que “el afán perfeccionista hace que a muchos les desborde la ansiedad. En nuestras consultas, son asiduas las personas que quieren hacer todo perfecto, tener todo controlado y que en su entorno todo esté bien”. Ante esta situación, defiende que “hay que aprender a convivir con la incertidumbre, nunca vas a tener todo controlado, quizás lo consigas en algún momento, pero eso supondrá un gran estrés y sufrimiento”.

Aportando un poco de realismo a la situación, el psicólogo relata que “hoy parece que está prohibido estar mal, tener ansiedad, sufrir y deprimirse. Tenemos que estar siempre bien y gozar de una felicidad plena”, que es un poco el lema de todos estos libros. Rizaldos apunta a que otro de los motivos es que “la sociedad en que vivimos es competitiva y muy individualista. Hay un determinado estilo de vida que hay que alcanzar como sea, y si no lo logras, eres un pobre infeliz y fracasado. Eres un bicho raro”. Algo que sucede a menudo, teniendo en cuenta nuestra coyuntura. El experto pone como ejemplo que «si pierdes el trabajo y te deprimes es que eres un débil; y si no encuentras trabajo o tu jefe te maltrata y te quedas bloqueado y realmente fastidiado, es que no sabes poner buena cara a la vida. Esto es la dictadura de la felicidad”.
«Si bien existen libros de autoayuda escritos por colegas, profesionales de la salud mental, que pueden ser de gran ayuda y de hecho se recomiendan como complemento a lo que trabajamos en terapia, hay que recordar que en muchas ocasiones, por no decir todas, las personas lo que necesitamos no es que nos den consejos. Solo queremos que nos escuchen, que nos comprendan, que nos acompañen y que estén a nuestro lado”.

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