Verónica Blume, modelo de 35 años es la autora de esta contundente frase. Por Paco Aviñó.
Estoy acostumbrado a leer expresiones con un cierto enfado, rechazo y hastío al mundo y carácter de los hombres por parte de las mujeres. Estar acostumbrado, no significa estar de acuerdo y esta vez he decidido dar mi punto de vista como hombre. Simplemente con el ánimo de conversar y exponer un punto de vista diferente al de Verónica Blume, (a la cual admiro como persona, con la que comparto muchos gustos y opiniones), le recomendaría no generalizar, le recomendaría reflexionar; si un hombre con el poder mediático que tiene ella realizara las afirmaciones que leeremos a continuación, seguramente le caería la del pulpo.
Dice Verónica Blume: «Yo crecí convencida de que, al hacerme mayor, automáticamente, aparecería un hombre maravilloso, tendríamos un montón de hijos y seríamos felices para siempre». Hasta que la vida real la bajó de la nube. «Reconozco que he tenido fases en que, por desengaños, he estado enfadada con los hombres en general, pero me admira su capacidad para simplificar las cosas. Cuando hacen algo están en eso, nosotras vamos ligando constantemente una cosa con otra, tenemos un ruido en la cabeza que no se apaga nunca». Le gustaría, continúa, aprender del sentido práctico masculino. «Yo soy muy creativa, tengo mil ideas, me monto unos castillos maravillosos en el aire, pero no cojo los ladrillos y me pongo a construirlos».
Verónica; Tu enfado me parece normal, yo también he pasado y paso como muchos hombres fases en las que me he sentido desengañado por las mujeres y enfadado, pero no por ellas, o por ella, sino por las expectativas que tenia creadas respecto a esa relación y después se desvanecieron dada la dificultad de fundir don vidas de forma tan íntima.
Insinúas que en la cabeza de un hombre no tenemos ese ruido que no se apaga nunca, insinúas que en mi cerebro hay nubes y un cielo azul con pajaritos… No Verónica, somos idénticos en eso, todos, muchos tenemos castillos maravillosos en el aire junto a ese ruido interior que no para de hervir, que no te deja dormir, que no te deja a veces ser feliz, pero que a veces, sin ingenuidad, cogemos los ladrillos de manera creativa y nos ponemos a construir algo, como tu también haces, Verónica, con tus miles de ideas. Somos prácticos los hombres, sí, no todos tanto como quisiéramos. También hay mujeres demasiado prácticas Verónica, demasiado.
Dice Verónica… Al mismo tiempo, esa simplicidad de los hombres puede llegar a resultarle «desesperante», dice. «Si hubiera un manual de instrucciones, el de la mujer sería una especie de enciclopedia, gorda y muy difícil de entender». Dicho así no parece algo positivo del carácter femenino. «Sí lo es, porque el hombre es demasiado básico», afirma.
Dice Paco. Si la mujer es una enciclopedia y el hombre es demasiado básico o sea, tonto, o al menos yo lo entiendo así, está claro que no tenemos nada que hacer, andaremos separados ambos sexos por incompatibilidad intelectual. También afirman muchos hombres justamente lo contrario de las mujeres, que son tontas y tanto lo uno como lo otro, Verónica, me parece un tema desfasado. La enciclopedia de una mujer, por cierto, no es gorda ni difícil de entender, es un laberinto al que los hombres entramos con la esperanza de recorrer un camino que nos complemente como personas para emprender un viaje que nos golpee gratamente.
Dice Verónica… No sabría explicar los motivos de mis rupturas, seguramente muchos distintos. Lo que tiene claro es que suele enamorarse de un mismo tipo de hombre, «complicado, muy espiritual…, demasiado en el aire, sin los pies en la tierra». Parece que está describiendo a una mujer… «Puede, pero sólo son así en teoría», puntualiza. «En la práctica, unos burracos. No hay nada peor que el ego espiritual; el hombre que va de sensible… (ffff, resopla) acaba siendo sospechoso», concluye.
Dice Paco… «Joder Verónica, me has dejado herido, después de darme varios pases con el engaño, clavarme las banderillas en todo lo alto, ahora entras a matar y encima, no me llamas toro, sino, burrrrro».
Los hombres somos sensibles, como las mujeres, de todo hay en ambos sexos Verónica, nuestra sensibilidad no es sospechosa, la damos de otra manera quizás, somos parecidos, pero no iguales. No resoples, quizás no estas buscando a los hombres en el sitio adecuado o has tenido mala suerte, pero no te desanimes, no nos mires tan mal. Apóyate también en nosotros, juntos somos un buen equipo, podemos aportar algo útil en tu vida, somos un referente para tu niño, busca los referentes adecuados.
Dice Verónica…»El hombre se siente amenazado por una mujer que destaque en el campo profesional y económico, porque las armas de ésta son más poderosas». Pero «si pretendemos ser como ellos…, resulta un desastre.
Dice Paco… Gran verdad, ser como nosotros sería un desastre, cada sexo con sus singularidades.
Si en tu entorno hay hombres que se sienten amenazados porque una mujer destaque, debes huir de ese entorno y ambos sexos debemos luchar para que eso desaparezca y encontremos la igualdad profesional donde unos y otros destacamos por nuestro esfuerzo y el DON que podamos aportar. Las armas de mujer son mas poderosas, eso no lo entiendo Vero!
Desde el cariño Verónica, insisto, no nos tratemos como a dos rebaños aislados para tirarnos piedras, entre los hombres y mujeres hay montañas de sensibilidad, buen gusto y sentido común, sino lo encuentras entre los hombres que conoces, cambia de habitat, tu y tu precioso niño lo agradeceréis.
Besos, Paco Aviñó.
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