David es el capitán de un barco en el que navegan a bordo miles de botellas. Digo barco porque al entrar en esta fantástica tienda repleta de botellas ordenadas en estantes y vitrinas de madera, uno tiene la sensación de sumergirse en la bodega de la panza de un barco de los de antaño al sentirse tan arropado, el entorno es acogedor y cálido. Una vez uno se sumerge en la contemplación, le es inevitable observar las marcas que descorcharía y empezaría a beber, ordenándolas por orden de preferencia mentalmente, la pasión te puede y la imaginación se dispara. En el interior de la tienda, queda siempre como lejano ruido de fondo la catarata incesantes de neumáticos pisando el asfalto que corren por la gran vía donde está situada la misma, no existe un segundo de silencio, al igual que en la panza de un barco, en el que siempre está el ruido, el ronroneo de fondo de sus motores.
David, su papa, su mama, fundadores de este comercio con 52 años de vida nos acogen con familiaridad a todo el equipo del restaurante Genuí Golf Escorpión que nos desplazamos a su casa para que nos transmitieran su pasión por los vinos y los aceites. Son cariñosos y directos, no guardan ninguna distancia, ni mantienen poses de entendidos de nada, aunque son el hilo conductor entre marcas y clientes. Se pasan la vida recomendando, se pasan la vida viendo pasar tendencias, se pasan la vida sumergidos en el maravilloso mundo de los productos nacidos de la tierra, observando y filtrando el viticultor, productor honrado y descartando a los oportunistas que no trabajan con sentido común, queriendo llegar rápidos a la cima. Navarro bodegueros recomienda lo bueno y descarta lo que carece de alma.
Meterte a las nueve de la mañana en ayunas un par de copas de aceite de oliva es una experiencia surrealista, más surrealista es ver a mis compañeras mas jóvenes que rondan los veinte años, pasear el aceite por la boca poniendo caras y carantoñas de amargor e incomprensión y preguntándose mientras desearían escupir el liquido, sino sería mejor comenzar el día con un batido de chocolate. «Sera presis».

David no para de contarnos cosas, juega con los sabores y con nuestras mentes, nos enseña, para apreciar lo delicado y también a distinguir en algunos aceites potentes, que lo son, por su poco cuidada elaboración.
El aceite esta más de moda que nunca en España, algunos se venden a precio de oro y todo el mundo quiere elaborar su propio aceite.
Después cambiamos de tercio y nos adentramos en el mundo del vino, en ese mundo en el que David se adentro a partir de los los cinco años, en los cuales ya podía distinguir, sabores y perfumes de forma inconsciente.
Catamos vinos e intentamos explicar a los mas jóvenes lo que hay detrás de cada trago de vino, del esfuerzo para conseguir una fruta perfecta en botella, lo explicamos a la gente más joven que se incorpora a Genuí como me lo explicaron a mí de joven, a David de pequeño para que lo puedan comprender, para que lo puedan explicar a nuestros clientes, y quizás para que un día lo puedan disfrutar en sus vidas.
Charlamos de vinos, de aceites, de destilados, paseamos por la tienda y nos sentimos felices de aprender.
La familia Navarro bodegueros son gente austera, venden en la tienda y a restaurantes de confianza, se plantean vender on-line, pero de momento se guían por la receta infalible, estar siempre presentes a pie de tienda, tener buenos precios, dar buenos consejos, y trasladar la austeridad a los gastos fijos como fórmula para salir adelante incluso en tiempos de tempestad.
Detrás de sus sonrisas hay una pila de horas y horas, de días y años, de fricciones familiares debido a la tan intensa convivencia, detrás de sus sonrisas hay un amor natural por lo que hacen y en lo que creen es su forma de vida.
Nosotros desde nuestro restaurante, ensalzamos el mundo del aceite desde nuestros inicios, abriendo el apetito con un trozo de pan y un chorrón de aceite. Existen centenares y centenares de aceites de oliva diferentes, y cada uno posee su propia personalidad, como un vino, cada aceite de oliva revela un sabor que testimonia la naturaleza, la tierra, con un gusto sutil y perfumado. Cada aceituna habla de un árbol, de un clima, de unas circunstancias. No hay una herramienta culinaria más perfecta que el aceite de oliva.
Suaves, intensos, delicados, ardientes, picantes, amargos, dulces, afrutados. Con sabores de almendras, manzana, alcachofas, cítricos, hierva cortada. De un verde profundo o dorado, limpio o turbio, con el color del sol… deja que fluya el chorrito lento y untuoso.
Salud. Paco Aviñó


Isabel
junio 14, 2013 at 2:53 pm
Que buen artículo! conozco Navarro Bodeguero desde hace años, son los mejores expertos en vino de Valencia y me he alegrado mucho de leer tan bonito artículo. Enhorabuena por el blog!
xino ribes
diciembre 7, 2014 at 6:31 pm
Los conozco hace 40 años.Son lo mejor de lo mejor.