No poder trabajar tiene que ser uno de los estados más frustrantes que existen. El trabajo agota, es una obligación, una presión, y una exigencia que ayuda a superarnos, un reto permanente en nuestras vidas, siempre que sea bien entendido por uno mismo y por supuesto que se den unas buenas circunstancias laborales, si uno esta aburrido de la vida y, aburrido de su trabajo y a nada le encuentra la gracia, lo mejor que puede hacer es tener el coraje de abandonarlo, seguro que en su sitio entrara alguien que pueda aportar mas, y el que abandona podrá rehacer su vida y dejar de lamentarse.
Si encima de no tener trabajo, la prestación se ha agotado y hay que vivir tirando de la familia o cualquier apoyo, la frustración ya puede ser total, o si encima no podemos tirar de ningún apoyo, la desesperación será justificadamente enfermiza. Además uno no entenderá nada, uno parece no creerse que rondemos los seis millones de desempleados, que dos millones no tengan ninguna prestación, es muy difícil comprender esto, hace cuatro años no era tan exagerado y parecía ser que nadábamos en la abundancia. Además el parado se pasea por la calle y ve a la gente mas o menos hacer su vida normal, colas en el cine, algunos restaurantes llenos y fiestas con gente en plena alegría, claro, hay gente que sigue teniendo un sueldo normal o un buen sueldo y su vida a cambiado poco.
Yo por suerte nunca he estado en el paro, pero por diversas circunstancias he vivido durante años circunstancias de sufrimiento, por diversos motivos extremas, a veces en la vida las cosas no salen como uno tiene previsto, continuando la vida sin encontrar ninguna salida, me fijare en esta experiencia para poder entender lo que siente un parado y cuales son sus sufrimientos, aunque se que cada caso es distinto. Ver lo complicado que esta todo hoy me entristece, ver tanta gente atascada me conmueve, y más me duele sentir que no puedo ayudar en nada. De tener mas trabajo, podría emplear a más gente, ver más crecimiento a mi alrededor, pero no es el caso.
Como puede uno dormir sintiendo que no hay salida, como puede uno dormir sabiendo que no puede hacer frente a sus pagos, como puede uno dormir, si en ese mismo instante saldrías a la calle a buscar una solución por que sientes que no mereces ni estar en la cama descansando, como puede uno dormir sintiendo que lo que ha hecho durante toda la vida, lo que tu creías que estaba bien o te gustaba, que era tu camino, hoy no sirve, no sirve para nada, como puede uno dormir si no hay futuro a corto plazo, como puede uno dormir sin sueños, como puede uno dormir si no te puedes aferrar a nada, como puede uno dormir con la rabia de ver que no se toman medidas drásticas para solucionar el problema, como puede uno dormir viendo que nadie previno esto, como puede uno dormir pensando que tiene que justificarse ante los demás expresando que su camino no fue el acertado, por que en el fondo uno se culpabiliza a si mismo de la situación, repasa su vida una y mil veces para ver donde pudo elegir otro camino, y si quizás ese camino le hubiera llevado a otra parte donde sus sueños si pudieran cumplirse, como es posible dormir si estas sudando de pensar en todo esto, sudando por que la mente se agota de pensar viendo la realidad, viendo que no encontraras trabajo y la situación se agravara, y sudas, sudas pensando en la incertidumbre, sudas pensando que no puedes hacer nada, nada puedes aportar, nada puedes pagar, pues no tienes dinero y estas fuera del sistema.
El mundo ha cambiado mucho en veinte años, antes estaba el campo, talleres textiles, fabricas de muebles, un surtido de variables en las cuales podías meter la cabeza, aunque fuera un poco, aunque pudieras trabajar unas horas, aunque pudieras sembrar algo en el campo, un surtido de pequeñas cosas para quitarte la asfixia de encima e ir saliendo. Todo eso ha desaparecido, ahora el corte es seco. Se termina el trabajo, y para la mayoría no hay nada, nada que hacer.
Es difícil dormir y pasar los días, pareces un hombre de corcho, sales con amigos en grupo, y no estas, tu mundo interior sigue rodando en tu cabeza y estas ausente de las conversaciones, como si no formaras parte del mundo, si sales solo con un amigo, prestas atención al tener mas protagonismo, pero cuando ya has quedado varias veces, no sabes que decir, ya has contado tus penas varias veces, temes repetirte, aburrir, pero lo demás no te interesa lo mas mínimo, cuando quedas con gente, quedas por quedar, para desconectar, en el fondo sabes que no lo haces, pero necesitas salir, te dices, y así van pasando, los días, las semanas, los meses y los años sin saber que quieres de la vida, sin descubrir para que estas en ella, esperando paciente o impacientemente ver un rayo de luz. Porque en el fondo siempre crees que las cosas cambiaran, que algún día llegara la normalidad y la gente, incluidos tu, tendrás la posibilidad de soñar.
Recuerdo haber leído libros enteros, dejarlos en el sitio, y después no recordar ni una palabra de lo que decía el libro, solo sirvió para serenarme, para estar quieto haciendo algo, para justificar que empleas el tiempo en algo útil, pero no pudiste concentrarte en la lectura y, no te acuerdas de nada. Comes y bebes como si tuvieras un agujero en el centro del cuerpo, y, ahí lo echas todo porque hay que echarlo en algún lado, pero el hambre y la sed van y vienen sin que tu tengas el control, duermes a tirones, se te seca la garganta, tienes pesadillas, te acuerdas de tus seres queridos para sentirte arropado, pero te da vergüenza la desnudez que produce pensar que puedes perder la casa, el coche, que todos sabrán que has fracasado.
Un parado a los treinta y cinco, cuarenta, cincuenta o mas, que dedico su vida a un oficio, que en su momento era emergente, se queda descolocado y sin poder patalear siquiera, porque su mundo ha desaparecido y las promesas de que se adapte a un mundo mejor en el que debe adquirir nuevos conocimientos es algo complicado y mas cuando eso, esta por llegar, no existe de forma definida y además esos posibles cambios sociales emplearan a menos gente y ya hay gente muy formada, que te llevan años de ventaja, que también están en el paro, pero no puedes rendirte, haces cursos absurdos, menos es nada, pero todo sigue siendo nada y el tiempo va pasando. No eres pesimista, pero cuando las cosas son de color negro no son de ningún otro color, los días pasan y las cosas solo pueden empeorar, la comida sube, la luz, el agua, la gasolina, que mas te da si ya no tienes dinero, pero, cuando te llega algo, desaparece rápido, todo es caro cuando tienes migajas. Y los que regresan a casa de sus padres, a la de sus suegros, los que vuelven al pueblo, los que viven en casa ya sin luz y se apañan, y viven dignamente dentro de lo posible. Como se puede dormir así. Como es posible no volverse loco. Además sales a la calle y mucha gente sigue viviendo bien, como tu te has equivocado tanto, cuando escogiste el camino equivocado, esto no se puede repartir de alguna manera para que todos tengamos un mínimo, ellos son mas inteligentes que tu, te dices, si viven bien y no les falta de nada, será por que son mas inteligentes, ellos acertaron, y entras en una espiral donde vuelves a cuestionarte todo por enésima vez. Toda la vida trabajando de sol a sol, pagando tus impuestos, siendo generoso en el esfuerzo, mirando donde gastas el dinero, invirtiéndolo para construir sueños y que todo siga un ritmo constructivo y, un giro imposible de explicar por nadie, te saco del sistema, y estas en el paro, y quizás por muchos años y para siempre.
Claro que también hay parados de menos de treinta años, viven con sus padres o han regresado o lo están pensando, es igual de frustrante, pero en este caso no cabe pensar, a pesar de la pobreza y las circunstancias, hay que estudiar, aprender idiomas, volver a estudiar, si hace falta dos carreras, lo que sea, es una edad de formación, de mirar el futuro con optimismo, de ver en que se puede trabajar en cualquier parte del mundo, ver el empleo como algo global, hacerse a la idea de que quizás tienes que salir fuera, pero sobre todo estar formándose, continuamente, no hay excusa para los mas jóvenes, no pueden estar perdiendo el tiempo. Una circunstancia difícil en la juventud, no tiene la misma repercusión, hay mas años para enmendarla, no se paga el error de la misma manera.
Ya asumida la situación, lo que queda es lo que cuenta, si todo esta ajustado bajo mínimos, si ya no puedes hacer nada mas. Es momento de pensar en uno mismo, intentar comer de forma correcta, comprar unas hierbas para conciliar el sueño, quitar el café, los alcoholes el tabaco de la rutina o reducirlo al extremo y tomar una consciencia serena de la situación. Volver a quererse y observar el pasado con cariño para saber quien es uno, que le gusta, donde se encuentra feliz y recuperar poco a poco la autoestima y una alegría interior.
Regresa a las cosas que te gustaban en tu infancia, o las pequeñas actividades que no hacías por falta de tiempo, hay que buscar una ocupación, la que sea, criar pájaros, por que no?, alimentarlos, desparasitarlos, cuidarlos, quien dice pájaros, dice cualquier mascota con la que uno se encariñe, encontrar una tarea, una obligación. Si te gusta la madera, mima y construye cosas con ellas, siente el olor del serrín, la cola, siente tus manos en acción, si te gusta criar cosas en la huerta, busca un sitio donde puedas hacerlo y entrégate a ello, he visto a lo largo de las vías del tren, en los espacios del estado que son tierra de nadie, kilómetros de mini-huertas de dos metros de ancho por tres de largo, con cerramientos improvisados donde se cultiva de todo, espacios donde se crean grandes amistades y se comparten aficiones en contacto con la tierra y el aire. Hay miles de actividades, la mas sencilla, leer, engancharse a leer y escuchar la radio, pasear y poco a poco la mente se vaciara al sentirse realizada, y desde ahí podrás encontrar un camino y un sentido a tu vida, no queda otra y se que lo que cuento en esta carta es muy básico y todo el mundo lo sabe, pero necesitaba escribirlo, pienso en ello cada noche, pienso en toda la gente que esta parada cada día y escribirlo de alguna manera me consuela. Espero que todo se arregle, que cada uno encontremos un lugar estable desde el cual crecer.
En el restaurante también se viven tiempos difíciles, a parte de tener pocos clientes, la gente cuestiona el precio de lo que consume, comen y beben bien, unos aperitivos frescos, un poco de jamón de bellota, un solomillo, un postre, un gintonic, cafés, vinos, pagan cuarenta euros, y no te dan las gracias, sino que te dicen que es caro. Sinceramente, pienso que tener un restaurante es algo desagradecido, es como si cada día alguien cuestionara tu sueldo, hoy no miran la mayoría ni la calidad y tu sacrificio queda siempre en entredicho.
Ánimos a todos, yo ando buscando los míos.
Suerte. Paco Aviñó.
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