Me gusta el vino, me encanta el vino, y lo bebo con moderación y asiduidad, siempre lo tomo para cenar, excepto algunas excepciones cuando como con amigos o familiares. Si estoy solo lo prefiero para la noche, si lo pienso bien, creo que no hay ningún día de mi vida desde que cruce la línea de los 35 que no tome vino, una copa, dos copas, vinos sencillos y agradables, botellas que me duran varias noches, vinos de aquí, de allá, vinos buscados, vinos tropezados, mis vinos de siempre. En casa nunca suelo descorchar una botella con un coste superior a los cinco euros, excepto alguna ilusión encontrada a la que no puedo resistirme.
La emoción por descorchar una botella de vino se me dispara cuando lo que tengo entre manos se que me gusta mucho, o bien es un desconocido con altas expectativas, me ilusiona y emociona hasta un extremo preocupante pero que de momento creo que controlo. Llegar una noche a casa o acudir a casa de unos amigos con una botella de vino en la mano sabiendo que le quedan minutos de vida para mezclarse con uno, es algo que me enternece y me llena de una energía plena de sentimientos profundos, se que al compartirlo o al disfrutarlo en soledad, el vino, cada vino a su manera desplegara una magia incomparable con nada.
FINCA TERRERAZO es un vino muy especial, por ser valenciano de una tierra cercana, por ser un Bobal, por su singularidad, por el concepto de esta uva que yo tenia en mi juventud. La primera vez que coqueteamos fue en el 2003, fue mi primer finca terrerazo, me sorprendió su caída en la copa, densa y oscura, su olor profundo y penetrante, familiar (me he criado entre caballos, algarrobas, animales de granja y estiércol) y su sabor indescifrable, nada redondo y muy confuso. Me gusto pero no pude saber por que, me atrapo sin justificación, me atrapo porque no pude concluir sabiendo si aquello me agrado o por el contrario aquella bestia estaba por domar.
Pasaron los días y creo que tarde un año en volver a descorchar otra botella de finca terrerazo, desde entones cada año descorcho una, en alguna ocasión especial, un día sin mas que quedas con buenos amigos, con una amiga de caracter, es un vino que me gusta compartir, es un vino de largo recorrido que te puede acompañar las tres o cuatro horas que dura una cena, desde el primer trago hasta el ultimo es diferente, ya, como todos, pero con una diferencia bastante exagerada y atractiva, nunca se me ocurriría decantarlo.
Carnoso y muy sabroso, rugoso, muy tánico y vivo en la boca llenándola sin molestar, agradable posarlo y dejarlo caer entre los lados de la lengua para después intentar masticarlo, a veces astringente, principio y final, duro en el centro, hay veces que te ensimisma y te abstrae, fruta del bosque, regaliz, mora madura, macerada, balsámica, amplitud.
Complejo en nariz, embriagador, aromas lácteos, fruta negra exuberante, tinta, tierra con estiércol, madera ensamblada y perceptible en su justa medida, mineral con complejidad
Picota oscuro capa alta, negro, opaco, ribete granate, no se, nunca los miro de manera exagerada, se me olvida.
No es fácil beberlo, si eres muy joven puede molestarte, tendrás que prestarle atención, si tu gusto esta hecho a vinos clásicos y sencillos, tendrás que empezar de nuevo con el, se puede comer tu comida, da lo mismo que cocines platos potentes, el vino se lo comerá, el es el protagonista, tendrás que saber como beberlo para solucionar este problema, hay varios trucos, piensa y los descubrirás, préstale atención, sino, te cojera desprevenido y no te gustara, ya te he dicho que no lo decantes y busca una copa larga y ancha aunque no se te vea la nariz y los ojos al beber, sírvete poco, aunque tengas que servirlo treinta veces, si al final la lengua se te carga, piensa que no hay amor sin dolor y ya por ultimo, una botella para dos, no aceptes una para cuatro, te perderas la mitad de la pelicula.
Si pudiera permitírmelo tendría seis botellas de cada añada en casa, las abriría con el paso de los años según mi antojo, viendo su evolución, divirtiéndome con el, examinándolo, creando una relación, una historia con uno de los grandes vinos del mundo.
No recuerdo bien las añadas que he probado, 2003, 2006 casi seguro, 2009 la ultima, en el recuerdo todos, me gustaría probar 2009 en el 2014, a ver la vida que nos regala.
Espero que les vaya bien a sus creadores, que lo tratan con mimo, con la sabiduría de las cosas que no hay que tocar, con esas viñas viejas de bobal, ojala se venda en todo el mundo, ojala los listos que hablan de vinos en las guías lo coloquen en un buen pedestal, donde ya muchos vinos de la comunidad valenciana ofende que no estén.
Besos con los labios morados y la lengua negra.
Paco Aviñó
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