Gastroarqueología

Siendo sincero y confundido por el momento que vivimos los restaurantes y la clientela, he de confesar mi imperiosa necesidad de buscar sabores del pasado en esos platos añorados y casi perdidos que conforman la balanza de todo buen gourmet.

Treinta días he cerrado de vacaciones por imperiosa necesidad, y los he pasado excepto los domingos, en el restaurante, “siete horas al día”, (testigos tengo), a pesar de la soledad de la zona, entre montañas de libros estudiando por puro placer y obsesión. Soy un exagerado, pero me preocupa el futuro y aspiro a ganarme el sueldo en esto y el estudio y la reflexión son imprescindibles.
¿Cocina internacional, o globalizada, de vanguardia?; ¡de eso nada, monada! El imperio contraatacara con sus mejores e infalibles armas, como siempre lo hemos hecho a pesar de las modas tentadoras. Tengo todo un arsenal de recetas legendarias para mostraros. No me he vuelto carca de sopetón. Dios se apiade de mi, sino sensato. Uno desea estar siempre de moda y no ir a la última, que como su nombre indica es quedarse rezagado.

Con la excusa del titanic, conocimos bien a Escoffier, diez platos de una tacada nos enseño, Santi, Arzac, Nobu y el chuleton, claro el producto es el producto. Y ahora tengo preparadas unas cuantas sorpresas para pasarlo bien, que es de lo que se trata.
Necesito vuestra presencia para seguir soñando, a cambio prometo trabajo honrado para que disfrutes de mi casa.

Como comprenderás con este paisaje hay que ponerse las pilas. Repasaremos los mitos eternos e inolvidables, historias fantásticas, como lo será el siguiente menú que comienza de inmediato. En un par de días os lo mando, lo tendréis entre semana y el fin de semana, con reserva, una hora antes suficiente.

Resumiendo: para terminar una metáfora como ejemplo de reivindicación para el comienzo de la temporada… ¡que vuelvan las tartas coño! Los pasteles, los bizcochos borrachos, los brazos de gitano. Que se ponga una tasa a tanta Mouse, infusión o espuma. ¿Platos viejos? Prepárate para morder todo el esplendor del sabor legendario. Te vas a enterar.
¡Saber de donde vienen las cosas¡.¿ Podemos llamar a esto gastroarqueologia?

Una sonrisa. Paco aviñó

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