Hace 1.500.000 años, ¿qué comíamos?

El Homo Erectus aparecido hace millón y medio de años aproximadamente, ¿fue un gran cazador?, valiente y habilidoso o por el contrario un temeroso carroñero que robaba los despojos de otras fieras con más arrojo. ¿Cuál era nuestro carácter entonces? ¿Éramos brillantes y dispuestos o por el contrario unas sombras asustadizas al cobijo de otros depredadores?

¿Cuál era su menú preferido, como se acercaba al supermercado de la diversidad salvaje hace millón y medio de años?

4.540 millones de años es la edad de la tierra en la que vivimos, millones de misterios nunca serán descifrados, pero el hombre no cesa en el empeño de descubrir su pasado reciente, por qué hablar de hace 1.500.000 es pasado reciente. Da pasos y averigua cosas, muchos años después las revisa y rectifica según los medios de que dispone, porque no es nada fácil averiguar en esta inmensidad de millones de años.

Todo, si te pones a soñar fue posible en este espacio temporal de millones de años por el que apenas pasamos durante unos segundos, la existencia de una persona es un suspiro imperceptible.

Según los investigadores que estudian la alimentación en África oriental, entre dos millones y medio de años y un millón y medio de años se han encontrado yacimientos con restos de osamentas rotas con utensilios primitivos de piedra tallada, encontraron restos desde tortugas a elefantes. Fueron posiblemente las primeras victimas de los primeros primates cazadores.

Se considera que la caza sólo podía ser colectiva y se demuestra una cooperación entre los machos bípedos permanentes, también se entiende que no tenían aun ningún arma arrojadiza para cazar al acecho.

Después se llevaban las presas a campamentos y ello prueba las primeras relaciones de ayuda mutua y de complementariedad entre machos y hembras.

La sequía climática que hace cinco millones de años provocó en África del este el retroceso de los bosques y las sabanas forzó a los antepasados del hombre para adaptarse a incrementar el consumo de carne y por tanto a una caza organizada. La caza provocó el desarrollo de la comunicación y de las facultades intelectuales, reparto de actividades y cooperación entre individuos y sexo. Nació la organización social  y familiar, el australopiteco se habría convertido en humano gracias a que era cazador.

Pero, como demuestran los investigadores de que los primeros homínidos, en vez de ser fieros cazadores, no serían tímidos ladrones de carroñas que se acercaron con sus herramientas a esos campamentos quizás creados por las hienas que acumulaban los despojos y los homínidos hurgaban entre restos apenas sin carne.

Quizás estaban lo suficientemente organizados los primeros homínidos para robar a los carnívoros presas recién cazadas con abundante carne que llevarían hasta los escondrijos de utensilios de piedra.

Para situarnos en el espacio temporal, 1.000.000 años Atapuerca, 600.000 mil años más o menos se domina el fuego, 25.000 del Neardental y 12.000 años del Homo Sapiens.

El hombre fue cazador, mejor dicho el homínido, él es quien llevaba primero los utensilios al sitio, para después llevar allí lo esencial de los despojos. El análisis de las partes presentes en los desplazamientos demuestra sin lugar a dudas que no proceden de un carroñero secundario, ya que son las partes más carnosas (pierna, paletilla…) El homínido accedió a restos de piezas recientemente abatidas y no a los despojos de los festines de otros cazadores, ya escogía las piezas más jugosas.

Los primeros homínidos fueron siempre predadores en un amplio sentido. Según los investigadores el Homo Habilis es considerado como un omnívoro oportunista que se alimentaba esencialmente de hojas, frutas y semillas, que capturaba en abundancia animales de pantano como tortugas, que arrancaba a otros un cuarto de carne de antílope o de cebra y que no vacilaba en absoluto en atacar directamente a ese tipo de presas.

Cuando el Homo Erectus sucede al Homo Habilis hace un millón y medio de años los vestigios de fauna están claramente más fracturados, lo que aparentemente denota una explotación más intensiva del tuétano.

Hace un millón de años cuando el Homo Erectus empieza a implantarse en nuestras regiones templadas, los importantes contrastes estacionales y la consiguiente disminución de recursos vegetales debieron de condicionar una mayor importancia nutricional de la carne, sin que fuera, no obstante exclusiva.

Un yacimiento de la costa Sainte-Brelade, Jersey demuestra que hace 250.000 mil años cazaba rinocerontes y elefantes, probablemente por el método de precipitar los animales desde lo alto de un acantilado.

Posiblemente disponía de un gran ingenio y de alguna forma asustaba a sus presas acorralándolas hasta precipitarse o les tendía trampas hasta confundirlas, todos procesos muy pensados donde la colaboración entre unos y otros era fundamental.

Es tan difícil pensar y al tiempo agradable imaginar como sería la vida o la supervivencia hace millones de años. Surgen muchas preguntas, millones de todo tipo, pero mentalmente, cómo se sentiría, cómo viviría el hombre, cómo llevarían la conciencia de que cada vez que salían a cazar se jugaban la vida, tendrían sensación de libertad, qué pensamientos tendrían, cómo han llegado hasta aquí, sin duda lo hicieron bien, pues la especie ha sobrevivido y hoy somos otros y lo mismo, es la necesidad la que nos hace superarnos.

El hombre de hoy está usando de forma seria su ingenio para evolucionar, para que dentro de un millón y medio de años sigamos aquí con un aspecto parecido…

Apasionante. Paco Aviñó

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