Cómo, por qué, cuál es la mejor para beber bien fresca.
De África, de Asia, mediterránea, no está clara su procedencia, ni tan siquiera cuando fue domesticada o consumida por la humanidad. Teofrasto, considerado como el “padre de la botánica” en su obra Historia de las plantas escrita en el S.IV.a.d.C., incluye la chufa como una de las plantas comestibles cultivadas en el valle del Nilo, que destaca por su suavidad y muy emparentada con el papiro: ”La chufa es una planta herbácea, de manera que no tiene ningún uso como no sea el de que sirve de alimento” y que crece en terrenos arenosos que no estén alejados de un río».
Hay constancia de su existencia en Egipto 1.500 años antes de Cristo, se han encontrado restos en los intestinos de las momias mezcladas con dátiles. En la edad media se utilizaba tostándola como sustituta del café, para sustituir almendras, incluso en guisos acompañados de garbanzos.
Cavanilles, en sus Observaciones sobre la historia natural del Reino de Valencia en el año 1800 describe amplia y minuciosamente el cultivo de la chufa en Alborada y Almàssera, donde se cultivan 180 anegadas.
Andrés Laguna, médico de Carlos I recomendaba el consumo de chufas para combatir las inflamaciones de las vías respiratorias y las molestias estomacales.
Existe una famosa historia como originaria del nombre horchata atribuida al Rey Jaime I, pero en realidad la palabra viene del latín hordeata que quiere decir hecha con cebada. Bebida hecha con chufas, cebada u otros frutos, machacados, exprimidos y mezclados con agua y azúcar. Horchata era una referencia genérica que después se adaptó a la especifica de chufas.
Como la chufa requiere tierra suelta y arenosa para su cultivo y temperaturas suaves desde la primavera en que se planta hasta el invierno en que se recolecta, Alboraia es donde se dan las mejores circunstancias, ha asistido en los últimos años a un espectacular desarrollo de su cultivo.
Hoy la horchata de Alboraia es una bebida entrañable para todos los valencianos y para quienes nos visiten de fuera. El pueblo está repleto de horchaterías donde la fabrican de manera artesanal, acompañada del farto (un bollo alargado, dulce, tierno y esponjoso, un producto único pensado especialmente para absorber la horchata sin romperse, para mojar en el vaso con más comodidad) que sumergiremos en el preciado dulce formando una tradición inigualable.
Món Orxata es la empresa de carritos ambulantes atendidos por vendedores que desde hace unos años se sitúan en puntos estratégicos por donde pasa mucha gente, este emprendedor proyecto decora la ciudad, además de refrescarla, poco a poco estas mujeres con el estilo valenciano de nuestras madres se están convirtiendo en un icono que ya forma parte de nuestra ciudad y de nuestras costumbres. Debe saber el visitante que en Valencia está permitida la venta ambulante de productos con Denominación de Origen.
Esta es la expresión sentimental del proyecto Món Orxata. Aquí la relato:
«La idea de vender horchata artesanal en carritos de venta ambulante proviene de una tradición de principios del siglo XX, extinguida tras la progresiva industrialización de los años 50 y 60, que consistía en que los horchateros de los pueblos de la huerta se acercaban cada día a Valencia con carritos tirados por burros a vender horchata fresca, chufa y agua de cebada.
A base de trabajo, esfuerzo, ilusión y un sueño colectivo, hemos recuperado esta tradición y nuestros carritos enfrían la horchata como hace 100 años, con hielo, por lo que no necesitamos consumir energía ni emitir gases para enfriar la horchata.
Nuestro objetivo es devolver a la chufa y a la horchata artesana a la posición histórica, agrícola, gastronómica, comercial y turística que entendemos que le corresponde como producto estrella de nuestra huerta, dando a conocer las tradiciones culturales sobre las que se sustenta, así como sus destacados beneficios nutricionales.
Toda la chufa que empleamos en Món Orxata es de L’Horta Nord de Valencia y está amparada bajo la Denominación de Origen Chufa de Valencia. Tenemos acuerdos con multitud de agricultores tradicionales, agricultores ecológicos, y chuferos artesanos con los cuales pactamos la compra de cosechas a precios justos que permiten a los agricultores vivir dignamente del cultivo de la chufa.
Respecto a la horchata, la elaboramos cada mañana en Alboraia (Valencia), siguiendo métodos tradicionales consistentes en moler la chufa, y tamizar el jugo obtenido. La horchata resultante es una horchata arenosa, profunda, con sabor a huerta milenaria, y con tan sólo 3 días de caducidad en ambiente refrigerado, pero con destacadas propiedades nutricionales y medicinales (inexistentes en las horchatas industriales).
Mención especial merecen nuestras horchateras de los carritos, un grupo de unas 40 mujeres que son además de nuestra cara visible en las calles de Valencia, el alma de Món Orxata. Mujeres que con tesón, buen humor y mejor trabajo, están recuperando ese trato tan humano y cercano de los mercados populares de toda la vida».
Éste es uno de los productos emblemáticos de la Comunidad Valenciana, al igual que la marca mencionada, existen otras artesanales de igual calidad, pequeñas fábricas que las venden en sus horchaterías, otras que las distribuyen a terceros creando una marea fresca de horchata por toda la comunidad, llegando incluso a las grandes capitales de España y a los locales de más glamour.
También los consumidores podrán encontrar durante todo el año horchata envasada de diferentes marcas en los lineales de tiendas, supermercados, etc. Debe saber el consumidor que hay una diferencia abismal entre una horchata natural, (que además de sus propiedades organolépticas, hay que añadir sus múltiples beneficios como fuente de salud y bienestar) y una horchata UHT con emulgentes, estabilizantes, proteínas de leche, aromas añadidos, que en muchos casos contiene un porcentaje mínimo de chufa. Dicho esto podemos encontrar un buen surtido de horchatas de calidad, al igual que también podremos encontrar envases donde pone horchata y resulta imposible aclararnos, gracias al sinfín de añadidos que contiene y la confusión que crean al consumidor, al que le resulta imposible averiguar la procedencia del endulzante y la cantidad de chufa que contiene, entre otras cosas, en las que no quiero profundizar. Para marcar una línea, quiero quedarme en la línea del consumidor normal y desde aquí muestro mi confusión y mi denuncia.
Queda claro que el consejo regulador dispone de unas normas inscritas en el reglamento al que he podido acceder, que en mi opinión debería ser más concreto y todos los productos con el logotipo D.O. Chufa de Valencia, no solo por el hecho de llevar chufa cultivada según la tradición pueden lucir el logotipo, además debería concretar también cantidades mínimas, también concretar que se puede añadir y que no, no es lo mismo añadir azúcar de caña para endulzar que sacarina, por ejemplo. A largo plazo esto sería bueno y no lo convertirían algunos en un refresco vulgar más, como alguna marca lo está convirtiendo, dejando la horchata totalmente desprestigiada con la simpleza de su elaboración.
Entre las más malas que he podido encontrar esta la Don Simón, en su envase aparece un monumento valenciano y en el envase se puede leer horchata de chufa. Los aromas que capto son muy artificiales, mantequilla, lácteos, en matices no naturales en esta bebida. En boca muestra cierto dulzor y de sabor no podemos hablar, pues no sabe a nada, quedando impregnado el paladar de, ningún sabor. En nariz si profundizamos mucho, muy al final podemos oler el plástico donde es guardada. Esto no debería de permitirse, aunque cueste un euro, que lo llamen de otra manera. Como consumidor y como valenciano siento que es una estafa, que además puede llevar a engaño a quien se inicie en el mundo de esta bebida fuera de nuestras fronteras.
Es una sorpresa la horchata de Hacendado, 1,25 € intensa, agradable y con aroma de chufa. Nos recuerda a un dulce de leche de intensidad media, en boca es muy directa y nos deja un marcado carácter de chufa natural, tendría que pulirse el color y el edulcorante.
Cerca de los dos euros podemos encontrar Costa y Chufi maestro horchatero, las dos sabrosas, resaltar de la primera una nariz muy atractiva llena de cereales y de la segunda lo golosa que es en boca.
Espero que este articulo sea de vuestro interés, se me quedan muchas cosas en el tintero, lo dejo para el próximo verano en el que seguiré analizando la evolución de las marcas y las bondades del producto.
Como todo el mundo sabéis, trabajo en la población de Catarroja, justo al lado, en Massanassa, en la puerta del Leroy Merlin, han puesto un carrito Món Orxata ya era hora que nos tocara a los de pueblo, allá voy…
Paco Aviñó
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