Huevos fritos de lujo

Viajaba yo un día con dos damas a quienes acompañaba hasta Melun. Habíamos salido muy de mañana y llegamos a Montgeron con un apetito que amenazaba con destruirlo todo. ¡Amenazas ilusorias! La posada en la que nos detuvimos, aunque de bastante buen aspecto, carecía de provisiones. Habían pasado tres diligencias y dos sillas de postas y, como las langostas de las plagas de Egipto, lo habían devorado todo. Así lo aseguraba el dueño. Entretanto, veía yo como en un asador, daba vueltas una excelente pata de carnero; las señoras, por costumbre, le lanzaban miradas muy coquetas. Pero perdían el tiempo: la pata en cuestión pertenecía a tres ingleses que la habían llevado y que la esperaban sin impaciencia mientras bebían champaña. y se puso a romper los huevos cuidadosamente. Cuando le vi ocupado, me acerque al fuego y, sacando del bolsillo una pequeña navaja, hice en la pata prohibida una docena de incisiones profundas, por las que salía, hasta las ultimas gotas, un jugo rubio y sabroso.
Después de esta primera operación, me tome el cuidado de asistir a la preparación de los huevos, por el temor de que alguna inadvertencia redundara en nuestro perjuicio. Cuando estuvieron a punto, los cogí y los llevé a la habitación que nos habían preparado. Allí nos regodeamos y reímos como locos, ya que, en realidad, nos tomamos la sustancia de la pata de carnero, dejando sólo a nuestros amigos los ingleses la molestia de masticar los residuos.

JEAN-ANTHELME BRILLAT-SAVARIN
Jean Anthelme Brillat-Savarin (1755˜1826) es uno de los primeros escritores gastronómicos de la historia de la alimentación humana. Es decir, antes de Brillat-Savarin se escribieron libros de cocina, se escribieron recuerdos sobre gastronomía, pero no se hizo una filosofía de ella, ni se intentó teorizar sobre los valores de los alimentos ni, sobre todo, se intentó estructurar un arte, tan exquisitamente francés, que es el bien comer. Todo ello lo realiza, Brillat-Savarin, en su obra única y excepcional, la Fisiología del gusto.

Feliz noche para los insomnes lectores en este sábado de marzo en el cual hemos trabajado muy poco, cuatro mesas, en un mes durísimo, desesperante. Hemos grabado hoy dos horas con los reporteros de Canal 9 para los telediarios de 14 de abril, centenario del hundimiento del titanic, quedara bonito. Saludo a los dos últimos comensales que me quedan en el comedor; Joaquín lluch e Isabel Ros que me dedican unas calidas observaciones sobre la cena degustada y me animan a continuar trabajando, y con todo esto nos marchamos a dormir. Paco Aviño

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