Los cítricos valencianos son más baratos en un supermercado de Alemania que en uno de Valencia. ¿Cómo puede explicarse?
Los agricultores no pueden más. Un año más, año tras año, tras meses de intenso trabajo, no ven recompensado su esfuerzo ni de lejos y ven cómo los cítricos siguen cotizándose a la baja, el año pasado la navel se pagó a 0,19 euros el kilo aunque hay veces que el trato en algunas variedades se hace a ojo, se pactan cinco toneladas por 500 euros, rondando los precios a 0,10 euros el kilo.
La temporada pasada se pagaban en Alemania a unos 0,50 euros por kilo en el supermercado, en España, el precio alcanzaba los 1,50 euros kilo en algunos supermercados. Un euro de diferencia nada más, nada menos.
Esto se debe a que las cadenas de distribución alemanas revientan el precio de las naranjas españolas en cada temporada, y para ello presionan a los operadores españoles forzándoles a que presenten ofertas más ajustadas que las de la campaña del año anterior.
Hay que sumar a esta presión las previsiones que indican una reducción del 25% de la cosecha de este año, la ley de la oferta y la demanda no funciona con las naranjas, la producción será menor y los precios se reducirán aún más ahogando a los productores, los alemanes saben que la batalla la tienen ganada, que nosotros cederemos.
Las cadenas alemanas utilizan estrategias comerciales muy agresivas que deberían estar prohibidas por la Unión Europea, es un caso evidente de especulación y de intentar aprovecharse de la situación económica que vive España. Pero esto también sucedía, cuando nuestra economía funcionaba bien en otros sectores, el campo y el aletargamiento de sus dirigentes, ya cedía a todo tipo de presiones y chantajes, nunca se plantaron verdaderamente cuando podían ejercer presión, pues casi no teníamos competencia.
El año pasado la exportación a nivel económico fue un desastre, Alemania repetirá la estrategia para beneficiarse a costa de los españoles, se cederá como mal menor, a corto plazo claro está, así, año tras año. Surge la pregunta inevitable, no hay otra alternativa antes de favorecer a países que se jactan de su buena economía. Nunca los políticos frenaran estos abusos, ni se pronunciarán sobre el tema apoyando con medidas de fuerza a la agricultura. De todas formas es normal que el comprador apriete, lo que no es tan normal, tampoco, es que históricamente el vendedor se baje tanto los pantalones, sin tomar medidas a parte de la queja, ya van dos décadas.
Poco a poco los llauradors ven como se produce el abandono de explotaciones, favoreciendo el paso de naranjas de otros países, más baratas aun, y de una calidad pésima, como sucede con la vía libre que a los alimentos de Marruecos se ha dado, que además, están favorecidos por una subvención comunitaria para que Marruecos duplique la producción de naranjas. Alguien puede entender algo, yo desde luego no.
¿Por qué? los productores llevan años perdiendo dinero y no deciden abandonar los campos, es difícil de explicar, pero ellos aguantan, es como una tradición de la que no pueden despegarse. Las asociaciones y cooperativas, aparentemente, y desde mi ignorancia en este tema, son extremadamente blandas, y si toman medidas, cuando las tomen, me temo que lo harán nada más y nada menos que con treinta años de retraso, mientras tanto algunos que se modernizaron hace quince, veinte años subsisten de forma independiente, pero el sector en general está muy dañado. No hay un líder comunitario, que les saque del pozo, además ya es tarde, el mundo ha cambiado y ahora es mucho más difícil que cuando éramos líderes y no supimos defender nuestra posición.
Este país nunca supo solucionar sus problemas por comodidad, montando redes propias en el mundo, pasando de distribuidores, de terceros, y, países como Italia y otros, venden fruta en todo el mundo, de peor calidad sí, pero venden, y con mejores márgenes. Aquí si te pagan los gastos y te queda un duro, ah, al final se conforman, y si pierdes, te quejas y el año que viene veremos… cuando no, se plantan cultivos para recibir una subvención y después abandonarlos, como pasó en el sur de España.
Valencia, ya ha perdido un sector más, en el que éramos una potencia. La naranja poco a poco será historia en la Comunitat Valenciana.
Saludos. Paco Aviñó
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