La población mundial se ha triplicado en los últimos cincuenta años. Y el pescado cada vez tiene más prestigio a nivel nutricional, lo que hace aumentar su demanda en países emergentes.
La unión europea reconoce que los peces que se devuelven al mar por ser descartados por qué no interesan representan el 25% de las capturas, son pescados inmaduros o que no tienen valor ahora para el mercado, peces que se capturan y se tiran al mar muertos.
Es un ataque en toda regla al equilibrio ecológico, pues las especies cumplen una función en la cadena de alimentación de otros peces. Lo más triste es que en la mayoría de los casos no sirven para mejorar la dieta de los seres humanos, buena parte de ello de destina a la producción de pienso para mascotas, ganado o peces de acuicultura.
Los consumidores tenemos el poder de no comprar aquellas especies que están excesivamente te explotadas tratando de comer diferentes especies, lo que mejora nuestra dieta y contribuye a que no se capturen y se vendan los mismos. Si los consumidores compran responsablemente, las distribuidoras no tendrán mas remedio que adaptarse.
Aparte de la salvaje técnica de arrastre en profundidad que ya he comentado en otros artículos, en los mares de China es habitual pescar envenenando a los peces con cianuro, también se sigue pescando con dinamita, lo que arrasa el ecosistema, en numerosas partes del mundo.
Hay que evitar el consumo de: la anguila, el atún rojo, bacalao del norte, besugo, esturión, caviar, fletan, gallineta nórdica, langostino, pez espada mediterráneo, rape del atlántico, rayas y rodaballo.
La UE calcula que si las poblaciones se exploraran de forma sostenible su tamaño aumentaría en torno a un 70%. Es decir, pescar menos para que se puedan recuperar los stocks y, posteriormente pescar mas, pero de forma racional.
Lo fundamental es potenciar todavía mas la pesca artesanal, que es más respetuosa con los ecosistemas y una fuente muy importante para muchas personas, embarcaciones pequeñas cerca de la costa y con pequeña tecnología.
La crisis acelera el ahorro y muchos deciden comprar aquellos pescados que les parecen más baratos. Algunos pueden ser peligrosos para nuestra salud. La OCU ha encontrado restos de pesticidas en el panga y restos de pesticidas y mercurio en el panga y la perca, recomiendan que no se consuman más de una vez por semana. La mayor parte del panga que se consume en España se cultiva en Vietnam, a costa de generar un fuerte impacto medioambiental en el rio Mekong uno de los más contaminados del planeta. Y la perca llega generalmente del rio Victoria en el corazón de África, donde se cultiva en condiciones laborales infrahumanas.
La mayoría de las causas de todo esto están en los despachos, las decisiones políticas desacertadas, que dan subvenciones que disparan la sobrepesca son una de ellas. Mientras por una parte la Unión Europea denuncia, por otra en el 2008 según un informe de OCEAN2012 invirtió 33 millones de euros de dinero público para modernizar la flota del atún rojo, que hoy está en peligro de extinción. El mundo constantemente necesita de grandes y sabias decisiones, y parece no encontrar políticos a la altura de las circunstancias.
Paco Aviñó
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