El Pirarucú es un pez amazónico enorme y difícil de mirar, es el segundo pez de agua dulce más grande del mundo después del esturión beluga. Crece hasta superar los 3 metros de largo, con un peso de 250 kg, el esturión beluga supera los 5 metros de largo y los 600 kg.
Es muy preciado debido a su tamaño, además de su excepcional sabor aporta una fuente importante de carne para muchos pueblos, es muy fácil conseguirlo fresco directamente del rio Amazonas, también lo desplazan en salazón a los pueblos del interior. De textura suave, olor sutil y carne poco grasosa es cocinado de todas formas, frito, ahumado, empanado, en ceviche, a la plancha. Una de las técnicas más comunes para cocinarlo es el moqueado, que consiste en realizar una cocción, primero, a las brasas, y luego ahumado en madera, lo cual aporta un sabor casi único para un pescado que muy usualmente podríamos encontrar en un restaurante brasileño. Nunca he tenido este pescado en mis manos, pero por su aspecto, además de su tamaño descomunal y una cabeza pequeña, un cuerpo mas cuadrado de lo normal en un pez, finalizando en una pequeña cola, características todas que deben hacerlo muy rentable, pues no tiene desperdicio para su corte. Es deformación profesional, los cocineros cuando vemos un animal, no podemos evitar imaginar cómo podríamos trabajarlo.
Las escamas de este animal son muy excepcionales por su tamaño descomunal también, alcanzando los 10 centímetros de largo, son utilizadas como símbolo y muchas comunidades locales realizan grabados sobre ellas.
Al pirarucú se lo clasifica entre los peces osteoglósidos, que significa «lenguas de hueso». En efecto, la lengua de estos peces tiene consistencia ósea. Otra característica interesante de este pez es que respira aire, lo que lo obliga a subir de vez en cuando a la superficie, asomarse para respirar le cuesta a diario la vida, pues la forma más usual de cazarlo es al arpón.
Vive en la cuenca del rio Amazonas, que como sabes recorre el continente de oeste a este, partiendo el cuerpo de América en dos, desde la cumbre de la cordillera de los andes, hasta la costa atlántica, recorriendo 6800 km por lo que es el rio más caudaloso y más grande del mundo. El Pirarucú lo comen en todos los países por donde pasa el rio, en el Perú, Ecuador, Brasil, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam, Guayana Francesa y los ríos de Bolivia. Su habitad se inunda casi la mitad de cada año por las lluvias y el deshielo de los Andes, por lo que parte del año nada entre arboles.
El español Francisco de Orellana le puso este nombre al rio, fue el primer europeo que lo navegó desde el mar hasta el final de la tierra, aventura en la que perdió un ojo gracias a una flecha lanzada por una mujer guerrera que desnuda desde la orilla y rugiendo como una fiera impuso su límite.
Uno de los sitios más mágicos, imponentes y sorprendentes del planeta es la Selva del Amazonas, una de las más grandes del planeta y la más misteriosa, miles y miles de cuentos, historias amenizan la oscura noche de la floresta. En ella podremos encontrar víboras de veinte metros. Una vez el ejército Boliviano persiguió a una boa de 40 metros de largo y 80 centímetros de diámetro, necesito para matarla dispararle 500 tiros de ametralladora, después se la comieron frita. Aún al día de hoy, se estima que existen seres vivos en sus aguas no clasificadas por la ciencia, como así en su extensa flora. También atrae la intriga acerca de cómo viven los aborígenes en dichos ecosistemas, de los cuales no todo se sabe, también existe una gastronomía muy diversa, de la cual no he podido averiguar demasiado, pero sí lo suficiente para crearme esa inquietud que desembocará en que un día lo investigue y te lo cuente.
La gastronomía en el Amazonas es la más natural y única de todo Brasil y quizá del continente, pues proviene en gran medida de la influencia de sus comunidades indígenas y su gran variedad cultural que aporta una fuerte influencia. Por ejemplo, ante semejante espacio natural, el principal alimento de la Amazonia donde están los ríos más importantes del planeta es el pescado, que allí se obtiene de agua dulce y salada.
Este bosque ecuatorial debe su origen al clima extremadamente húmedo y cálido de la región. El Amazonas y sus múltiples tributarios fluyen lentamente a través del área, debido al extremadamente plano de todo su trayecto.
La biodiversidad de la selva amazónica es extraordinaria: la región es el hogar de por lo menos 2,5 millones de especies de insectos, decenas de miles de plantas y unas 2000 de aves y mamíferos: un quinto de todas las especies de aves del mundo se encuentran aquí. La diversidad de especies vegetales es la mayor de la tierra: algunos expertos estiman que 1 km² puede contener hasta 75 000 tipos distintos de árboles y unas 150 000 especies de plantas. Ese mismo km² alberga en promedio unas 90 000 toneladas de biomasa vegetal.
La selva amazónica constituye la décima parte de todos los bosques del planeta. Parte del aire que respira la humanidad se purifica en la Amazonia. Esta purificación del aire la realizan las plantas mediante el proceso de fotosíntesis.
La fauna es muy variada, desde los pequeños insectos, hasta los grandes mamíferos como el jaguar, el puma, el tapir y varias especies de venados. Reptiles como las tortugas y caimanes, serpientes. Aves de todas las especies y plumajes, plantas increíbles y pirañas de dientes afilados que trituran los huesos más duros en minutos.
También hay deforestación en toda la cuenca del río Amazonas. Las actividades humanas están degradando la selva amazónica al doble del ritmo estimado previamente. Este ecosistema de selvas tropicales sobre una extensión de siete millones de kilómetros cuadrados está bajo amenaza por culpa de la tala indiscriminada de árboles, a lo que se suma las actividades de la industria maderera de la región.
El volumen total de árboles talados representa entre 10 y 15 millones de toneladas métricas de carbono retirado del ecosistema. Los científicos señalaron que la industria maderera también causa serias perturbaciones ecológicas. Las enredaderas de los árboles pueden causar la caída de grandes cantidades de vegetación cuando se corta un árbol con graves consecuencias ambientales.
Entre ellas se produce una eliminación de la humedad característica de la selva y se aumenta el peligro de incendios, señalan los científicos. «Las selvas que han sufrido tala son áreas que presentan un daño extraordinario».
Sus aguas de las que ya forman parte los venenosos pesticidas, abonos químicos, el mercurio de las minas, el petróleo de los barcos, siguen siendo las aguas más ricas del mundo en vida y en cuentos.
Cuanto añora uno viajar, además de mis viajes imaginarios que alimento por inquietud y lleno con la información que digiero, también me gustaría, como no, disfrutar respirando el aire fresco del viento de los árboles y la humedad del agua de este río, que poco a poco como todo en este mundo, el hombre destruirá sin ninguna duda.
Paco Aviñó
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